Kirdalia Yorkshire Terrier

Debemos tener a nuestro  Yorkshire en perfectas condiciones, para ello es indispensable que le realicemos revisiones periódicas al menos una vez por semana, que bien puede coincidir con su baño, revisaremos ojos, oídos, patas, uñas, glándulas anales, almohadillas, boca, dientes y articulaciones.

Acostumbraremos al cachorro desde muy temprana edad, a ser manipulado por nosotros sin oponer resistencia, planteándoselo como un juego , con sesiones breves y recompensándole con caricias, juegos o alguna golosina específica para él.

Procuráremos no extender el tiempo destinado a este fin, pues podríamos agobiar al cachorro y exponernos a que en futuras sesiones se rebele y nos sea más molesto y dificultoso realizar su revisión y limpieza general.

Los ojos

Los Yorkshire Terrier tienden a acumular secreciones oculares, en unos más que en otros, por lo que la piel de alrededor de los ojos suele estar ligeramente irritada.

Esto es debido  a que sus ojos lagrimean al introducirse dentro sus largos pelos. Por este motivo se les pone a los Yorkshires un lacito para recoger el pelo de la cabeza.

Los ojos del Yorkshire Terrier nunca deben  estar rojos, lagañosos, con los parpados pegados ni irritados, en caso de que algo de esto ocurriera procederemos a desinfectárselos diariamente con una pequeña gasa empapada en agua tibia o suero fisiológico. Lo haremos siempre en la dirección del pelo, de adentro hacia afuera del ojo, eliminando todas las incrustaciones y secando delicadamente la piel, sin restregar. Podemos también lavárselos  con manzanilla o con unas toallitas oculares, teniendo en cuenta que no se deben de limpiar los dos ojos con la misma toallita o gasa, ya que podríamos llegar a trasmitir la infección de uno a otro. En el supuesto de que el enrojecimiento persistiera, acudiremos al veterinario.

Oídos

Los conductos auditivos deben estar siempre limpios y secos, no desprender olor alguno y mostrar un color rosado.

La limpieza de los oídos la realizaremos con una gasa o bastoncito de algodón. Limpiaremos cuidadosamente la cara interna de la oreja, quitando el cerumen que aparece a la vista. Con el bastoncillo podemos profundizar, como mucho, un cm.

Los pelos que obstruyen el interior del conducto auditivo serán depilados con unas pinzas para que el oído este siempre aireado.

Nunca lavaremos los oídos de nuestro yorkie con agua y jabón, pues podríamos lesionar el conducto auditivo. Por este mismo motivo, cuando lo bañemos evitaremos que el agua jabonosa penetre en el interior del oído.

Si lo dejamos pasear por el campo, comprobaremos que no se le haya introducido ninguna espiga o hierba en el oído. En el caso de que así ocurriera, procederemos a la extracción del cuerpo extraño con unas pinzas, para evitar que descienda hacia el tímpano. Si observamos que la extracción es dificultosa, acudiremos al veterinario para no tener que lamentar futuras lesiones del tímpano debido a erróneas manipulaciones por parte nuestra.

Cuando observamos que nuestro Yorkie inclina y sacude la cabeza violentamente, de sus oídos fluye cerumen o éstos desprenden olor desagradable, casi con total seguridad, nuestro compañero padecerá de una afección auricular; en este caso, tendremos que acudir al veterinario sin demora para evitar una posible otitis debido al cerumen y a la suciedad.

Patas y uñas

Deberemos examinar periódicamente sus patas para comprobar que no tenga, en las plantas de los pies o entre los dedos, espigas, hierbas, suciedad o barro.

Es aconsejable cortar el pelo que crece entre los dedos, utilizando para ello unas tijeras de punta roma (así evitaremos provocarle ningún corte en las almohadillas). Retiraremos con mucho cuidado cualquier objeto extraño que pudiera presentar adherido y, a continuación le aplicaremos una loción antiséptica en la zona.

Le cortaremos las uñas para evitar que éstas crezcan exageradamente y lleguen a deformar los dedos con la consiguiente alteración de la forma correcta de andar: pensemos que las uñas se pueden encorvar, partir o penetrar en la carne del animal, provocándole fuertes dolores. Es preferible que esta operación la realice un profesional, pues si cortamos demasiado podemos provocar una hemorragia.

Pero si decidimos proceder al corte de uñas nosotros mismos, utilizaremos  siempre un cortaúñas, y nunca unas tijeras.

Sujetando con firmeza la pata del animal, aplicaremos una presión sobre el pie para que la uña salga completamente al exterior. Cortaremos entonces con mucho cuidado de no seccionar los vasos sanguíneos que recorren las uñas de color negro de los Yorkshires.

En caso de hemorragia, presionaremos la uña hasta que deje de salir sangre (si la hemorragia no cesara en pocos minutos, avisaremos al veterinario).

Una vez finalizado el corte de uñas, las limaremos para así evitar que se enganchen con la ropa.